Italia en la Segunda Guerra Mundial

Europa al iniciarse la guerra en 1939, momento en el que Italia se declaró neutral.

La participación de Italia en la Segunda Guerra Mundial tuvo dos fases bien diferenciadas. Primero, a partir de junio de 1940, bajo el mando del dictador Benito Mussolini, luchó al lado de la Alemania nazi de Adolf Hitler contra Francia, el Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Soviética. En 1940 Italia firmó con la Alemania Nazi una alianza conocida como el Eje Roma-Berlín, a la que se adhería el Imperio del Japón más tarde configurándose el Eje Berlín-Roma-Tokio.

En la segunda fase, a partir del derrocamiento de Mussolini en el verano de 1943, el rey Víctor Emmanuel III y su nuevo gobierno firmaron un armisticio y se alinearon con los aliados, mientras los alemanes se hacían con el control de gran parte del país, donde crearon una estado títere, la República Social Italiana presidida por Mussolini. Así, de 1943 a 1945 hubo tropas italianas en ambos bandos del conflicto, y a veces luchan unas contra otras en lo que vino a ser una guerra civil dentro de la Segunda Guerra Mundial.

En los años 1930, Mussolini y Hitler empezaron a preparar a sus países para una guerra que pensaban que se desataría hacia 1942 o 1943. A ambos les sorprendió que Francia y el Reino Unido le declararon la guerra a Alemania en 1939 a raíz de la invasión alemana de Polonia. Por estas fechas, los aviones y blindados italianos eran muy inferiores a los aliados y el país solo tenía reservas de petróleo para unos meses. Dada la falta de preparación de Italia para la guerra, Mussolini optó inicialmente por mantenerse neutral en el conflicto. Fue solo a finales de junio de 1940, cuando Francia estaba invadida y prácticamente vencida por los alemanes, que Mussolini entró en la guerra al lado de Alemania. Su ejército atacó sin éxito el sur de Francia, si bien su intervención le permitió ocupar una parte del país tras el armisticio. Simultáneamente, las fuerzas armadas italianas emprendieron una larga lucha contra los británicos en la Batalla del Mediterráneo y el continente africano.

La Campaña de Italia (invasión de Italia por los aliados), duró desde el 10 de julio de 1943 hasta el final de la guerra en Europa el 2 de mayo de 1945.

En octubre de 1940 Mussolini ordenó la desmovilización de más de la mitad de su ejército (600 000 hombres de un total de 1 100 000)[1]​ pero dos semanas después lanzó una invasión de Grecia. La resistencia fue más fuerte de lo previsto y el ejército italiano quedó estancado y sufrió fuertes bajas. Fue solo gracias a la intervención alemana en abril de 1941 que tanto Grecia como la vecina Yugoslavia cayeron en poder del Eje. Entre tanto, las tropas italianas eran derrotadas por las británicas en el África Oriental Italiana, que capituló en noviembre de 1941. En el norte de África la lucha entre los británicos y los italo-alemanes comandados por Erwin Rommel alcanzó gran resonancia mientras que un cuerpo de ejército italiano se unió a la invasión alemana de la Unión Soviética.

La victoria aliada en la batalla del Alamein en 1942 y los desembarcos aliados en Marruecos y Argelia llevaron al colapso del Eje en el norte de África en 1943, con la pérdida de muchas divisiones italianas. Las ambiciones imperiales del régimen fascista, que había aspirado a restaurar un «Imperio romano» en el Mediterráneo, se derrumbaron completamente. En julio de ese año los aliados invadieron Sicilia, que cayó en unas semanas. Mussolini fue derrocado y arrestado, el rey formó un nuevo gobierno que firmó un armisticio secreto con los aliados el 3 de septiembre. Ese mismo día los aliados desembarcaron en la península itálica. En las semanas siguientes Italia y sus fuerzas armadas, dispersas por los Balcanes, el Egeo y el frente oriental, vivieron una gran confusión, enfrentándose en ocasiones a los alemanes mientras otras tropas eran desarmadas o cambiaban de bando. Parte del ejército siguió luchando al lado de Mussolini mientras el resto se mantuvo fiel al monarca y colaboró con los aliados. Además, en el territorio controlado por los alemanes surgió un movimiento de resistencia antifascista que llevó a cabo una guerra de guerrillas.

Las tropas aliadas avanzaron por Italia de sur a norte, sufriendo muchas bajas en batallas como la de Montecassino y tardando mucho más de lo previsto en conquistar el país. Las tropas del Eje en Italia solo se rindieron el 2 de mayo de 1945, pocos días antes de la rendición general de Alemania.

  1. Porch, p. 72.

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